Luego, no entiendes nada, todo se fue, todo se viene abajo, las oportunidades aparecen y se van, te sientes apto pero los errores te persiguen, la fe se mantiene y la fe se va, luego cuando estás aterrizando nuevamente hay una explosión y ya no estas aterrizando, estas cayendo, luego abres los ojos y la vuelves a ver y no puedes cuantificar tanto amor, tanta perfección, tanta belleza; abres un poco más y la ves a ella también y le debes tanto, la amas tanto y descubres, nuevamente descubres cuan afortunado y bendecido eres que no cambiarías ninguno de tus errores por ese tesoro.
El caos nos pasa, el caos nos persigue, lo importante es no enfocarse en él, mirar fuera de la caja y admirar esa bendición que tenemos, aprovecharla, regocijarte!
A ti, que pasas por eso, a ti, que no lo entiendes, a ti, que te dueles:
¡ABRE LOS OJOS! Dios te ama, y te bendice cada día.